Nativo de Comendador, provincia Elías
Piña, en los años 80 practicaba varios deportes en la República Dominicana, lo
que le obligaba a tener buenas condiciones físicas para que su cuerpo
soportara. Él mismo se aplicaba ungüentos y se masajeaba para tan exigente
actividad deportiva.
En esas constantes prácticas, el
dominicano se dio cuenta de que si sus músculos estaban en condiciones, podían
ayudar a que la sangre circule con más libertad para lograr una pronta
recuperación y volver a la faena deportiva.
El acondicionamiento físico llegó a
convertirse en Montero en algo llamativo, este buscaba ayuda profesional para
aprender más de la fisioterapia, habilidad que lo llevaría más adelante a la
NFL.
En la exigente liga logró conocer
varios jugadores y su parte humana, entre ellos Aaron Rodgers, Ahman Green,
Chad Clifton, Marco Rivera, Donald Driver y otras figuras relevantes del
football.
El criollo recuerda que cuando empezó
a estudiar fisioterapia en el Centro de Jóvenes Cristianos (ACJ), ubicado en el
Parque Independencia. Allí la profesora Alexandra Castillo le enseñó a hacer
vendajes y todo lo que tiene que ver con las terapias.
El joven se destacó de tal manera que
logró una visa de trabajo para Estados Unidos. Es justo durante sus labores
como fisioterapeuta en ese país cuando logra independizarse y empieza a dar
tratamientos a atletas y no atletas.
¿Cómo hace contacto
con jugadores de Green Bay Packers?
Montero cuenta, mediante notas de
voz, que en 1993 no conocía nada de football americano, mucho menos de los
Packers, que era una franquicia que no había logrado muchos éxitos en ese
momento.
Los Cowboys, San Francisco 49ers,
Miami Dolphins y Pittsburgh Steelers eran los equipos más famosos.
Muy cerca del Lambeu Field, estadio
de los Packers, los jugadores profesionales practicaban al aire libre. Las
personas podían establecer contactos muy fácil con los atletas.
A Montero lo ayudó,
casualmente, su color de piel
Green Bay se caracterizó por mucho
tiempo por utilizar, en su mayoría, jugadores de tez blanca. Montero se
autocalifica como “un morenito de Elías Piña”, perteneciente a las minorías.
En lo adelante, Green Bay contrata
algunos jugadores de tez morena provenientes del sur de los Estados Unidos, en
ellos estaba incluido el Salón de la Fama Reggie White “El Ministro de la
Defensa”, como le apodaban en la NFL.
Montero relata que a White
inmediatamente le llamó la atención que el dominicano siempre fuera a observar
las prácticas, hasta que un día se le acercó y esto se convirtió en el primer
contacto con un jugador de la NFL.
Testimonio de
Montero y la humildad de Reggie White
Una vez asistí a
una práctica, pero me ubiqué un poco lejos de donde estaban los jugadores
practicando. Yo no conocía nada de football americano.
De repente un
jugador ‘gigante’, moreno, con aproximadamente 270 libras y 6’4 de estatura, me
levanta las manos como saludándome, yo miré hacia atrás, pues no sabía que me
hacía señas a mí.
Recuerdo que este
hombre viene trotando hacia mí. Solo pensé: ‘me jodí’, pero al ver que no
era blanco tenía la esperanza de que podíamos entendernos.
Cuando este llega
donde mí, me dice: ‘Hey brother’, con una voz muy áspera, preguntó quién yo
era, de dónde vengo y me dio un abrazo como hermanos negros. Mi color hizo
sentir a White en confianza para acercarse, además que éramos pocos en el
condado. White recorrió el campo completo para venir hacia mí, fue muy
especial.
En ese momento se
me acercaron muchas personas a preguntarme si yo sabía quién era el hombre que
me estaba saludando, yo no tenía la más remota idea, la gente me decía: ‘Ese es
Reggie White’, mijo, no te laves las manos, las manos de ese señor son como de
un Dios. Ahí fue que entendí lo que significaba el equipo de Green Bay para la
gente.
Reggie White (izquierda) junto a Brett
Favre | Foto: @BrettFavre
Luego volví,
siempre él me saludaba, ya parecíamos familia, luego me fui interesando por el
football.
En ese tiempo Dallas y los Bears eran equipos muy famosos, pero en el
condado de Green Bay era difícil seguir estos equipos, por la rivalidad que
desarrollaron, es como ir a Santiago y decir que eres del Licey.
El exjugador, ya con su salud muy
deteriorada resaltaba cómo Dionis Montero había adquirido principalía entre los
jugadores de NFL de los Packers. Montero, aquel muchacho que fue a ver una
práctica, ya se abría caminos para ser un preparador físico de respeto entre
las estrellas de este deporte. White murió por problemas de congestión; él
dormía con una máscara por sus problemas respiratorios.
Nunca imaginó lo
que le esperaba mientras residía en RD
Montero dijo sentirse agradecido por
la Asociación de Jóvenes Cristianos, gracias a esa escuela logra tener un buen
currículum, y aunque trataba de aplicar para trabajar con los Packers, no fue
posible.
De todas formas, gracias a Reggie
White, se dio cuenta de que el football es casi una religión para los estadounidenses.
A Montero el destino lo perseguía,
como dice la frase: “Lo que está para ti es tuyo aunque te quites, y lo que no
está no es tuyo aunque te pongas”.
D. Montero (izquierda) con Marco Rivera
| Foto: Cedida por D. Montero
Ya en Wisconsin, el dominicano cuenta
que comenzó a trabajar en una compañía de fisioterapia, donde conoció a la
novia del jugador Marco Rivera, liniero ofensivo de los Packers. Montero
estableció relación laboral con el jugador, quien se convirtió en el vehículo
para llegar a otros atletas.
“Marco Rivera siempre tuvo problemas
con los hombros, yo me encargaba de eso. Gracias a mi trabajo no se perdía
ningún partido”, indica Montero orgullosamente durante el intercambio de nota
voz por WhatsApp.
Montero narra que Rivera llegaba todo
adolorido a su oficina, con dificultad hasta para subir una escalera, el
preparador físico le aconsejaba que descansara, pero el jugador tenía un
concepto claro de lo que es el negocio de la NFL, por eso no tomaba descanso.
Rivera decía que cuando te ausentas
le abres oportunidad a alguien que desea tu puesto, argumenta que los equipos
de la NFL siempre prefieren jugadores más jóvenes y que sus contratos sean
menos costosos. Por ese motivo trataba de estar siempre disponible para
batallar en el campo de juego, sin importarle el dolor.
“Los Packers dejaron en libertad a
Rivera más adelante y ni las gracias le dieron”, según cuenta Montero con voz
plañida.
“Di, los equipos te aman cuando eres
productivo, cuando dejas de serlo te mandan pal’ carajo”, sostenía Rivera.
Rivera fue el canal para que lleguen
otros jugadores como el corredor Ahman Green, uno de los mejores corredores de
la época, más adelante llegaría el quaterback Aaron Rodgers y
el liniero ofensivo Chad Clifton, quienes se daban cita a la oficina de Montero
para acondicionar sus cuerpos.
Chad Clifton (derecha), Di Montero
(centro) un amigo (izquierda) | Foto: Cedida por D. Montero
Chad Clifton, en sus últimos días
como jugador, recibió el apodo de Lamborghini, una marca de
vehículos, pues solo practicaba una vez a la semana, y jugaba el domingo. Tal
como es el uso de esta marca de automóviles, que por lo general se usa un día a
la semana por ser una máquina de lujo.
“Brett Favre me enviaba mensajes que
le atienda a Clifton (a quien lo consideraba como su Lamborghini) “, recuerda
Montero, del llamado “Hombre de Hielo”, Salón de la Fama de la NFL.
Aaron Rodgers (extremo izquierdo), Chad
Clifton (al centro) comparten comida | Foto: Cedida por D. Montero
El nativo de Comendador tenía sus
reglas para recibir otros jugadores en su oficina y en su casa. Solo recibía a
aquellos que no pretendían ser tratados como “estrellas de la NFL”. Montero los
trataba como personas común y corrientes, los que cumplían con esas
condiciones, iban a comer arroz con habichuela y carne a su casa, y claro está,
concón con habichuela.
Gracias a estas reglas, desarrolló
hermandad con los jugadores. Cuenta que estos se sentaban en el piso como niños
a comer arroz, habichuela y carne de pollo (plato típico dominicano).
A la madre de Montero le sorprendía
cómo esos jugadores famosos no usaban escoltas, como es costumbre en la
República Dominicana, a lo que le respondía su hijo: “Mami, eso es en la
República Dominicana, donde cualquiera usa escoltas”.
Aaron Rodgers y su
relación con “Di” Montero
Al inicio de la carrera de Aaron
Rodgers, este no tenía muchas oportunidades para jugar por la presencia de
Brett Favre, por tal razón no se hacía necesario que Montero le diera terapia,
pero igual hicieron una gran amistad.
“Si trabajo contigo solo deberás
darme masajes en las manos, solo uso una libreta para leer las estrategias”,
decía en broma Rodgers.
Brett Favre dando instrucciones a Aaron
Rodgers | Foto: @BrettFavre
Los inicios de Rodgers fueron días
muy difíciles. Los fanáticos lo abucheaban en los partidos de pretemporada
porque deseaban ver a Brett Favre, cuenta Montero.
Los fanáticos eran implacables con
quien es hoy uno de los mejores mariscales de campo en el football americano.
Di Montero con Aaron Rodgers y otros
amigos en su casa | Foto: Cedida por D. Montero
“Me hice tan amigo de Rodgers que ya
éramos como hermanos. Salíamos a comer juntos, si yo necesitaba tickets para
ver los partidos él venía hasta mi casa a traerlos, es un tipo muy sencillo”,
asegura Montero.
Rodgers lloró el
día de su gran contrato
Ya Rodgers, como un estelar en la
NFL, tenía pautado acondicionarse el cuerpo donde el dominicano, pero ese día
firmó un nuevo contrato multimillonario, empezaron las entrevistas y
actividades con la prensa. Eso evitó que llegara temprano a su terapia.
“Rodgers me envió un mensaje que no
quería perder su terapia, cuando pudo llegar, lo hizo con los ojos llorosos y
un poco avergonzado”, aseguró Montero.
“Recuerdo que
cuando llegó con los ojos aguados le pregunté: ¿por qué estás triste, si acabo
de ver en las noticias tu nuevo contrato? Rodgers me contestó que precisamente
ese era el problema”.
El jugador entendía que 20 millones
de dólares era demasiado dinero para alguien que juega el football americano
por amor. Él no se sentía tan bien, pues entendía que un ser humano no merece
tanto, según nos narra Montero.
En ese momento, luego de aprender una
vieja lección, Montero tuvo que concientizarlo de que la NFL era un negocio,
que cuando un jugador no es tan productivo lo sacan. Eso lo aprendió de Marco
Rivera, y lo vivió con su amigo.
La fama no es
siempre color de rosa
Rodgers, ya famoso, aclamado por
todos los fanáticos estadounidenses y que fungía como figura de marcas
comerciales, tuvo que enfrentar acoso, persecución de personas para fotografías
y autógrafos. Esta situación no le permitía llevar una vida normal.
Montero recuerda que una señora le
pidió un autógrafo a Rodgers, pero en ese momento el jugador no tenía tiempo.
La mujer lo siguió en su vehículo, lo que asustó al deportista, que tuvo que ir
rápido a la casa de su amigo para evitar alguna situación de peligro.
En los lugares públicos Rodgers no
podía comer, tampoco conversar con sus amigos, pues la gente lo asediaba. Eso
le daba apuros a Montero y se iba del lugar. Esa situación le llevó a entender
al terapista que los famosos aveces cambian sin querer hacerlo, pues la gente y
la realidad los obliga.
Donald Driver
Montero, durante su labor, logra
buena relación con Donald Driver, quien fue otro de los casos de jugadores que
fueron estrellas, pero cuando sus condiciones como jugador fueron mermando, así
mismo también fue menos utilizado por el equipo.
Donald Driver (izquierda) fue otro de
los clientes de Montero | Foto: Cedida por D. Montero
Montero se entristece al contar que
al final de la carrera de Donald Driver, uno de los grandes receptores en toda
la historia de los Packers, el equipo solo lo quería utilizar en los equipos
especiales, situación que no hacía muy feliz a un hombre que había dado su vida
y su carrera al equipo y la comunidad.
Donal;d Driver (izquierda) con “Di”
Montero (derecha | Foto: Cedida por D. Montero
Ahman Green, gran
amigo de Montero
Ahman Green, corredor de los Green
Bay Packers, es uno de los mejores amigos de Montero, se conocieron en el año
2000. Inmediatamente empezaron a trabajar, y aunque la madre del jugador le
tenía un fisioterapeuta desde que estaba en el colegio, este prefirió al
dominicano.
Green estuvo en República Dominicana,
donde impartió clínicas de enseñanzas, lo que se ha significado una gran
experiencia para todos los jóvenes que sueñan con estas estrellas del deporte
de las tacleadas, ¡fue un gran momento!
Aaron Rodgers (izquierda), Montero
(centro), Ahman Green (derecha) | Foto: Cedida por D. Montero
“Green venía dos veces a la semana a
mi casa, por 12 años. Es un hombre que ama enseñar sus conocimientos, como hizo
en la Liga Dominicana de Football Americano (LDFA), una vez que viajó República
Dominicana”, indica.
Montero considera a Green un
competidor como pocos, con disciplina, enfatizando que hasta caminando busca
competir. Lo cataloga un muchacho muy sencillo.
Ahman Green durante visita a la casa de
Montero | Foto: Cedida por D. Montero
“Puedo llenarme la boca hablando de
que sí había una estrella de corredor era mi amigo, ese loco llamado Ahman
Green”, recalca Montero sonriente y con mucho orgullo.
Green y Montero residen muy cerca en
Wisconsin, a solo cinco minutos, ha sido el amigo más cercano de esa camada de
jugadores con los cuales trabajó.
Al término de la amplia conversación,
que se extendió por varios días, Montero revela a Z Digital que
Aaron Rodgers intentó viajar con él a República Dominicana varias veces, pues
quería vivir la vida libremente, descansar de los hoteles de lujo, pasar algo
desapercibido y montarse en un transporte público. Deseaba sentir el calor
dominicano y la tranquilidad y del clima tropical, asegura el terapista.
“Deseaba ir a Elías Piña, tomar
transporte público. La idea de Rodgers era disfrutar del país, pero sus
compromisos de publicidad dificultaron las cosas”, de acuerdo a Montero.
“Espero algún día viajar con Aaron
Rodgers a República Dominicana, espero que Dios me dé larga vida para hacerlo,
y usted, mi amigo Montilla, será el encargado de ir al aeropuerto a buscarnos”,
dice el ‘morenito de Elías Piña’. Fuente: zDigital
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