Santo Domingo, 26 ene (EFE).- El cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez cuestionó hoy a los países y a los sectores locales que han asumido una condena total contra República Dominicana tras el conflicto surgido con Haití por la sentencia 168-13 emitida por el Tribunal Constitucional, que define los parámetros para otorgar la nacionalidad.
"Hoy no faltan personas al igual que aquellos que le provocaron sufrimiento a Duarte, que prefieren venderse a intereses a unas supuestas organizaciones no gubernamentales que yo traduzco siempre a organizaciones no gratas, porque son de poco recuerdo para nosotros", afirmo el cardenal durante una misa oficiada en la Catedral Primara de América con motivo de celebrarse los 201 años del natalicio de Juan Pablo Duarte.
"Hoy no faltan personas al igual que aquellos que le provocaron sufrimiento a Duarte, que prefieren venderse a intereses a unas supuestas organizaciones no gubernamentales que yo traduzco siempre a organizaciones no gratas, porque son de poco recuerdo para nosotros", afirmo el cardenal durante una misa oficiada en la Catedral Primara de América con motivo de celebrarse los 201 años del natalicio de Juan Pablo Duarte.
Se lamentó de que exista un consorcio de naciones, cuyos nombres no citó, que estén confabuladas contra la República Dominicana y recordó que el país se independizó de Haití, no de España, el único caso que ocurrió en América Latina.
"Nos independizamos de Haití en el año 1844, un 27 de febrero, y el autor de eso fue Juan Pablo Duarte, y por esto se le pagó de esa manera, y se le sigue pagando, porque hay muchos vendiéndose a los peores intereses que hay que no son los dominicanos", apuntó.
López Rodríguez pidió a los diplomáticos con asiento en el país, a que no le dejen la carga simplemente del pueblo haitiano al dominicano, debido a que también este país tiene su carga, producida por una gran pobreza.
Condenó la intolerancia, incomprensión y todo género de abuso e injusticia que se siguen cometiendo contra el patricio. "Esto no lo digo para ofender a nadie, sino por justicia a Juan Pablo Duarte".
"Lo que se ha hecho con el padre de la patria es una monstruosa injusticia y en la actualidad no faltan personas, que dicen llamarse dominicanos, que emulan todo aquello que le hicieron a Duarte y prefieren venderse a intereses que representan las llamadas organizaciones no gubernamentales", afirmó.
El líder religioso resaltó que Duarte independizó República Dominicana de Haití, "razón por la cual hoy muchos que dicen ser dominicanos y se venden a los peores intereses le siguen pagando de esa manera".
En presencia del presidente de la República, Danilo Medina, y su esposa Cándida Motilla de Medina, y de decenas de diplomáticos, el religioso dijo que "quería pedir a Dios por este país para que nos ayude e ilustre a las naciones supuestamente amigas para que por favor respeten a la República Dominicana".
"Nosotros somos un país pequeño y hemos sido siempre grandes amigos. Es bueno que se repita un millón de veces. Nadie ha hecho por Haití lo que ha hecho este país. Hemos recibido su gente y le hemos dado trabajo", exclamó.
López Rodríguez también destacó que miles de haitianos siguen recibiendo atenciones médicas en los hospitales nacionales y son recibidos en nuestras universidades, pero que existe la necesidad de que se lleve a cabo la regularización de los extranjeros que viven de forma irregular en el país.
"Yo he viajado a todas partes del mundo, y donde quiera que he ido a los extranjeros se les exige una serie de condiciones para entrar. El único país que está obligado, gracias a los genios diplomáticos que en el mundo existen, somos nosotros que tenemos que recibir a todo el que pase por la frontera dominicana, ¿en razón de qué?. ¿Quién ha dictado eso?, se preguntó.
El cardenal se respondió de inmediato: "esos genios son los poderes económicos de esas naciones que no les interesa que los haitianos vayan a sus países".
En ese sentido, monseñor López Rodríguez demandó que haya "un poco de justicia" a favor de la República Dominicana, que es el país que verdaderamente más le ha dado la mano al pueblo haitiano.
Advirtió que sus palabras no las decía para ofender a nadie, sino por justicia a Juan Pablo Duarte y justicia con todo lo que está haciendo el país a favor de Haití, y recordó que el 12 de enero de 2010 cuando ocurrió el devastador terremoto, el primer país que llegó en su auxilio fue República Dominicana, de lo que él fue testigo, porque visitó varias veces a esa nación y pudo percibir la caravana interminable de camiones, camionetas y vehículos con ropas y alimentos para ayudarlos.