Revisemos la historia reciente y nos daremos cuenta que el pueblo que soñaron nuestros libertadores está distante. Nos falta mucho por andar. La pulcritud y la transparencia en el manejo de los fondos públicos como nos enseñó Duarte es materia pendiente. La referencia inmaculada del Patricio en este aspecto de la vida es una pesadilla para muchos de los que ejercen funciones públicas.
Pero la clase política dominicana parece no darse cuenta del daño inmenso que está causando en la juventud pensante de este pueblo. Ese divorcio entre el pensamiento duartiano y las acciones de miembros de los partidos que tenemos, está provocando un desaliento y pesimismo inmenso.
Pero la clase política dominicana parece no darse cuenta del daño inmenso que está causando en la juventud pensante de este pueblo. Ese divorcio entre el pensamiento duartiano y las acciones de miembros de los partidos que tenemos, está provocando un desaliento y pesimismo inmenso.
El joven universitario Wáscar Santos Rosa, lo expresaba así en un artículo publicado en la edición de CAMINO, del domingo 12 de enero, 2014: Qué desdichado ha sido tu destino, que ni siquiera ha dejado que muera, para que tu Patria te dé la espalda, pues los que no la aman la están corroyendo desde que la fundaste…
Es que se ha convertido tu Quisqueya en tierra de traidores ricos y pobres que matan y aniquilan los sueños de porvenir…
Qué triste mal te persigue, que nunca te ha dejado en paz, que no permitió que fragüe tu Quisqueya tricolor, tierra perfecta y preciosa, bañada por ríos de la gracia de Dios…
Qué triste mal te persigue, que nunca te ha dejado en paz, que no permitió que fragüe tu Quisqueya tricolor, tierra perfecta y preciosa, bañada por ríos de la gracia de Dios…
No permitamos que la desilusión nos acompañe como sombra en nuestro caminar. Ya es hora de que resucitemos a Duarte. Difundamos por todos los campos y pueblos su vida y obra. La Patria necesita de sus hijos nuevas energías para emplearlas en la construcción de una República Dominicana nueva, y como han dicho nuestros Obispos en la reciente Carta Pastoral, que la falta de fuentes de trabajo para los padres, madres e hijos jóvenes, agravada por el creciente costo de la vida, no siga generando tensiones por la falta de comida, medicinas, vestido, vivienda digna, educación y descanso.
Si hemos llegado a este cuadro de injusticias y de tanta exclusión social de miles de hermanos nuestros es por no seguir las huellas de los trinitarios.
Quienes alaban a Duarte negando su ideario caen en la hipocresía y la traición.
Quienes alaban a Duarte negando su ideario caen en la hipocresía y la traición.
Que este 26 de enero, 2014, que celebramos 201 años del nacimiento de Duarte, marque el inicio de una nueva esperanza para un pueblo sediento de nuevos amaneceres.