
La malnutrición puede matar o causar obesidad, desnutrición, diabetes, hipertensión arterial y otras dolencias crónicas "que "afectan de manera progresiva a la población de todos los países de las Américas", añade el documento, que aún debe ser revisado por los cancilleres.
También reconoce las grandes diferencias que hay en la región sobre alimentación, pues algunos países han logrado importantes avances para resolver el hambre y la desnutrición, mientras en otros aún afectan a grandes sectores vulnerables.
Los ministros discutirán sobre estímulos a políticas agrícolas, volatilidad de los precios de los víveres y ayudas a pequeños productores, que producen el 60 % de los alimentos básicos de América.
La inflación en los alimentos es una de las preocupaciones porque en los últimos tres años, según la OEA, el costo del trigo, arroz y maíz ha aumentado más del 80 %.
Los ministros también discutirán el mismo concepto de "soberanía alimentaria", entendido como "derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garantizan el derecho a la alimentación para toda la población", según el proyecto boliviano.
El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, ha reconocido que ese concepto causa "alguna discusión", porque su contenido lo ven distinto unos y otros gobiernos.
El presidente anfitrión, Evo Morales, achacó la ausencia en Cochabamba de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a discrepancias con este tema central del foro, pero Washington aclaró que no viene porque está gira por siete países.
El mandatario boliviano dijo hoy que "por supuesto" va a haber diferencias, especialmente con Estados Unidos.
El Gobierno de Morales considera que las crisis alimentaria, energética, financiera y climática son consecuencia de "los desequilibrios y desigualdades"del "modelo de desarrollo que ha implementado la sociedad occidental", según ha explicado el canciller aimara David Choquehuanca.
Las primeras resoluciones concertadas del proyecto de declaración anuncian la decisión de promover el desarrollo agrícola para fortalecer la seguridad alimentaria y el "compromiso con el objetivo de erradicar el hambre y la malnutrición en las Américas".
También la disposición de avanzar en una agenda común sobre seguridad alimentaria y nutricional, y el compromiso de fomentar la diversificación de la producción y de los productos en el mercado, así como la preservación de las tradiciones, variedades y culturas alimentarias locales.
Asimismo, el impulso a las políticas públicas que promueven el desarrollo agropecuario sustentable, la necesidad de fortalecer la capacidad de los pequeños agricultores, promover programas para ampliar el acceso al agua, proteger la biodiversidad y luchar contra la desertización y la sequía para expandir las áreas de cultivo, entre otras resoluciones.
El documento plantea el compromiso de promover en la Conferencia de la ONU de Río+20, que se celebra este mes, la incorporación de la seguridad alimentaria y nutricional y el derecho a la alimentación como objetivo del desarrollo sustentable, aunque esta propuesta aún debe ser aprobada por Estados Unidos y Canadá.
La seguridad alimentaria es el tema central, pero ha estado relegado en los últimos días a un segundo plano, frente a puntos de actualidad política que también tocará la Asamblea, como el reclamo de Argentina sobre las Malvinas o las reformas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.