Comendador, Elías Piña, 26 noviembre 2013.-Con motivo de celebrarse el día de ayer lunes 25 de noviembre, el “Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer”, El Politécnico Sagrado Corazón De Jesús Fe y Alegría y el Distrito Escolar 02-01, con la finalidad de promover la no violencia contra la mujer y el buen trato familiar con el propósito de que este mensaje llegue a todo los estudiantes y profesores de este centro educativo.
La Licda. Beatriz Pirón encabezó la charla de la No Violencia contra la Mujer por ser este día el Internacional de la no violencia en honor a las hermanas Mirabal: Minerva, Patria y María Teresa. La actividad contó con la presencia de los estudiantes, profesores y padres tutores y amigos del Politécnico Sagrado Corazón de Jesús Fe y Algría, realizado a las dos de la tarde en el salón multiuso de este centro educativo.
En honor a estas tres valientes hermanas asesinadas a garrotazos, que se habían convertido en auténticas heroínas de la lucha clandestina antitrujillista, se conmemora cada año en esta fecha el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países.
Patria, Minerva y María Teresa, así se llamaban las hermanas, nacieron y crecieron en el seno de una familia rural acomodada en el paraje de Ojo de Agua, en Salcedo, el municipio más importante de la provincia que se rebautizó más tarde, y en honor a ellas, con el nombre de Hermanas Mirabal. Estas mujeres, que habían mostrado un interés muy temprano por los estudios, dedicaron gran parte de su corta vida a luchar por la libertad política de su país, oponiéndose firmemente a una de las tiranías más opresoras y duras que tenía Latinoamérica: la de Rafael Leónidas Trujillo, conocido también como «El Jefe», «El Generalísimo», «El Chivo» o «El Chapita», por su afición desmedida por las condecoraciones.
Patria, Minerva y María Teresa, así se llamaban las hermanas, nacieron y crecieron en el seno de una familia rural acomodada en el paraje de Ojo de Agua, en Salcedo, el municipio más importante de la provincia que se rebautizó más tarde, y en honor a ellas, con el nombre de Hermanas Mirabal. Estas mujeres, que habían mostrado un interés muy temprano por los estudios, dedicaron gran parte de su corta vida a luchar por la libertad política de su país, oponiéndose firmemente a una de las tiranías más opresoras y duras que tenía Latinoamérica: la de Rafael Leónidas Trujillo, conocido también como «El Jefe», «El Generalísimo», «El Chivo» o «El Chapita», por su afición desmedida por las condecoraciones.
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